Gastos Comunes según la Ley de Copropiedad Inmobiliaria 21.442
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Los gastos comunes, de acuerdo con la Ley de Copropiedad Inmobiliaria chilena (Ley 21.442), son las obligaciones económicas que deben asumir los copropietarios para el mantenimiento y funcionamiento de las áreas comunes de un edificio o condominio. Estos gastos se dividen en dos categorías: ordinarios y extraordinarios.
Los gastos comunes ordinarios incluyen los costos relacionados con la administración del condominio, así como los gastos de mantenimiento y reparación de los bienes comunes. También abarcan el uso o consumo de servicios compartidos, como agua y electricidad. Estos gastos son previsibles y forman parte del presupuesto habitual del condominio.
Por otro lado, los gastos comunes extraordinarios son aquellos que no están contemplados en el presupuesto ordinario. Se refieren a gastos adicionales que pueden surgir por la necesidad de realizar obras o mejoras significativas en las áreas comunes. Estos gastos requieren la aprobación de la comunidad de copropietarios, generalmente a través de una asamblea.
Cada copropietario tiene la obligación de contribuir a los gastos comunes en proporción a su derecho sobre los bienes de dominio común. El pago de estos gastos es obligatorio y debe realizarse dentro de los 10 días siguientes a la emisión del aviso de cobro. En caso de morosidad, se generarán intereses según lo establecido en el reglamento de copropiedad.
El administrador del condominio es el encargado de la cobranza de los gastos comunes. Los avisos de cobro deben detallar la proporción que cada copropietario debe aportar, así como cualquier interés o multa acumulada por retrasos en el pago.
Además, se establece un fondo común de reserva para cubrir gastos extraordinarios, urgentes o imprevistos. Este fondo debe incluir un porcentaje destinado a cubrir pagos asociados al término del contrato del personal que trabaja en el condominio.
En resumen, la adecuada gestión de los gastos comunes es fundamental para asegurar el mantenimiento y la administración eficiente de los bienes comunes, promoviendo así una convivencia armónica entre los copropietarios.